
Antonio Jesús Martín Peñuela
El verano es un periodo exigente para todos los sectores, pero especialmente para la construcción y la industria, donde el calor puede ser un riesgo tan real como cualquier otro peligro físico. En el Grupo Rusvel, bajo la dirección de Antonio Jesús Martín Peñuela, Director de Calidad, Medio Ambiente y Seguridad y Salud, la prevención frente a las altas temperaturas es una prioridad absoluta en estas fechas. Hablamos con él sobre cómo se preparan, cómo se forma a los equipos y cómo la seguridad no se entiende solo como una obligación, sino como una verdadera cultura dentro del grupo.
Un protocolo activado con rigor y antelación
Cada verano, el Grupo Rusvel activa su Protocolo de Actuación ante Fenómenos Meteorológicos Adversos por Altas Temperaturas. Antonio Jesús nos explica que, además de la vigilancia directa en las propias obras mediante mediciones de temperatura y humedad, el equipo está en permanente contacto con las alertas meteorológicas de la AEMET. “Recibimos los avisos a través de la app oficial y las alertas se comunican de inmediato por los canales internos. De esta forma anticipamos medidas y adaptamos las condiciones de trabajo, incluso reprogramando jornadas cuando es necesario”, señala.
Antonio Jesús Martín PeñuelaLas medidas se estructuran en dos niveles: las ordinarias que acompañan el trabajo diario (hidratación constante, sombra, rotaciones, pausas más frecuentes…) y las excepcionales cuando las alertas llegan a niveles naranja o rojo. Especial atención se presta a los colectivos sensibles como embarazadas o trabajadores con patologías previas. “La clave está en planificar, anticipar y no bajar la guardia”, afirma.
Una coordinación constante para no dejar huecos
En cada obra o centro de trabajo, los Recursos Preventivos y Técnicos de Prevención forman un tándem que supervisa el cumplimiento de las medidas. Las inspecciones son continuas, los ajustes se hacen en tiempo real y todo el personal está formado para reconocer los síntomas del golpe de calor. “El equipo sabe identificar desde la fatiga o mareos hasta la piel seca y caliente. Cualquier señal, por mínima que sea, activa el protocolo y se atiende de inmediato con personal formado en primeros auxilios”, explica Antonio Jesús.
Un equipo concienciado y proactivo
Desde la dirección, la implicación de los jefes de obra y mandos intermedios es reconocida: “la cultura preventiva está muy arraigada, y de hecho las altas temperaturas son uno de los riesgos sobre los que más consultas recibimos”, comenta. La comunicación es constante y directa, a pie de obra, en reuniones diarias y a través de circulares. Y la experiencia dice que la concienciación crece año a año: “cada vez encontramos más propuestas o sugerencias que nos trasladan desde las propias obras para mejorar o reforzar las medidas”, señala.
Seguridad, calidad y medio ambiente: un modelo integrado
La prevención no se entiende en solitario en el Grupo Rusvel. Antonio Jesús destaca la integración de la Seguridad, la Calidad y el Medio Ambiente como una estrategia global para la sostenibilidad y la responsabilidad empresarial. Las certificaciones ISO 9001, ISO 14001 e ISO 45001 son el estándar, pero el enfoque va más allá: “no se trata de tres áreas distintas, sino de una visión común donde cada decisión tiene en cuenta el impacto en las personas, en la calidad de lo que hacemos y en el entorno que nos rodea”.
El compromiso se traduce en proyectos certificados como BREEAM, en la reducción de la huella ecológica, en la innovación aplicada a procesos sostenibles y en una mejora continua de la gestión de riesgos. “La sostenibilidad ambiental no es una opción, es una necesidad estratégica para cualquier empresa que quiera ser competitiva en el futuro”, afirma.
La prevención también se lidera con humanidad
Detrás de cada política preventiva hay experiencia y muchas horas de campo. Antonio Jesús lleva más de 25 años dedicados a la prevención y destaca que lo que más le apasiona de su día a día es la variedad: “cada proyecto, cada obra, es un aprendizaje constante. No te puedes dormir, porque siempre surgen nuevos retos”.
Pero también reconoce que la parte más compleja es el factor humano: “puedes planificar, formar, dotar de recursos… pero una mala decisión o una imprudencia pueden poner en riesgo todo ese trabajo. Por eso la prevención debe estar impregnada de valores como la empatía, la responsabilidad y la honestidad”.
En esa línea, recuerda especialmente dos anécdotas que le marcaron. Una en obra:
“Recuerdo una vez que un gruista estaba descargando piezas de hormigón prefabricado de forma insegura. Le paramos para pedirle que cambiara el procedimiento, aunque eso implicara retrasar el trabajo. Él, con mucha presión encima, me dijo que su jefe le apremiaba con los tiempos y que no podía perder ni un minuto más. Entonces, con mucho respeto y sin ánimo de reproche, le pregunté si tenía hijos. Me dijo que sí, una hija. Así que simplemente le invité a reflexionar: ‘¿Te gustaría que ella trabajara ahora mismo en las condiciones en las que tú estás actuando?’. En ese momento me miró en silencio, reflexionó y me dio la razón. Incluso me dio la mano para agradecerme el enfoque. Es un gesto que nunca he olvidado: a veces una pregunta bien planteada vale más que cualquier orden”.
La otra, durante la pandemia: “en los peores momentos del COVID, cuando no había mascarillas ni protocolos claros, trabajamos día y noche para proteger a todos. Un día en la oficina, una compañera se me acercó y me dijo ‘gracias por cuidarnos’. No se me olvidará nunca, nos emocionamos los dos”.
Valores que sostienen un liderazgo preventivo
Para dirigir un área tan delicada como la prevención, la calidad y el medio ambiente, Antonio Jesús lo tiene claro: hay que tener ética, compromiso, responsabilidad y mucha capacidad de comunicación. “No es suficiente con saber mucho. Hay que saber escuchar, sumar visiones, involucrar a todos. La prevención se lidera mejor en red que en solitario”, afirma.
Con casi 17 años en el Grupo Rusvel, si pudiera hablar con su ‘yo’ del primer día, le aconsejaría “aprender a delegar, saber decir ‘no’ cuando haga falta y priorizar. Es algo que solo te da la experiencia”.
Y cuando toca desconectar… naturaleza, lectura y viajes
Para recargar pilas, Antonio Jesús tiene claro su refugio: la naturaleza. “Me encanta hacer rutas de senderismo con mis perros. Es mi rutina incluso en verano si el calor lo permite. Además, soy un apasionado de las novelas históricas, la música de mi generación, el cine… y algún videojuego de vez en cuando. Pero lo que más me hace desconectar es viajar. Mientras más lejos, mejor. Yo disfruto del viaje antes, durante y después”, confiesa.
Una filosofía de vida que bien podría aplicarse también a la prevención: planificar bien, disfrutar el proceso y aprender de cada etapa.